Verano Otoño 2000



Y siempre el mismo cielo, el mismo color,

las tardes

y su arrogancia,

su lenta arrogancia.

Todo se disuelve en mí,

porque tú no estás,

triste porque no estás.

Soy templo sin dioses.

. . . . . . . .

A veces miro a través de la ventana y no pienso en nada

. . . . . . . .

Silencio de marmota

y entre tú y yo un océano

. . . . . . . .

Las lágrimas son saladas porque provienen del mar

. . . . . . . .

Hermético es perfectamente cerrado.

Un beso entre dos rocas, saliva de escarcha, mi corazón en silencio.

Mudo es estar callado.

Y yo un árbol seco.

El otoño es la distancia entre los dos.

Días en los que no se ser con los demás,

días en los que me alimento por mi cuenta

y prefiero sentarme en el lado de la ventanilla.

Ausencia es falta.